viernes, 21 de enero de 2011

Relato concluso de la Señora de la Limpieza

Y entonces, al cabo de 5 días me pareció reconocer a alguien en la Facultad de mis años de estudiante. En ese momento me vanaglorié de mi misma por haber sido capaz de cambiar mi aspecto tan notablemente. El mío no era un disfraz como los que se ponían en Hamlet para representar la obra fatídica. I was’t the same at all…

Tras informarme debidamente a través de mi fiel Paco de quién era, me dijeron que era el gerente de la facultad de Derecho que se pasaba todos los días por allí para ver si se había reestablecido todo con normalidad.

Lazy bones! Ha habido gente que se ha tomado días por estrés tras el asesinato. Really? I can not relieve it. Es que es indignante. Al día siguiente yo estaba aquí y la gente buscando excusas. Ni como profesora me salté un día.

La cuestión es que el gerente trabajaba en la universidad donde yo empecé mi carrera profesional. ¡Y él está ahí y yo aquí! Unbelievable!

Nobody supported me! I face it all alone. Where were my colleagues? Where was their empathy? Seguro que el chavalito también sufrió falta de empatía en su vida y por eso se suicidó. Igual que Julieta ni siquiera esperó a Romeo, este chico tampoco esperó a su salvador. Ahora, que a mí tampoco me dio por tirarme por una ventana. ¡Anda Montse! ¡Qué se va a tirar! A ese seguro que lo han tirado!

Volvamos al gerente. Me resultó muy raro que ahora trabajara aquí pero sobre todo me puso muy nerviosa. ¡Él lo conocía! ¡Era su amigo! ¡No podía esperar más, tenía que chantajearle ya! Proporcionaba favores a todo el mundo y a mí… A mí me tenía absolutamente repudiada.

Esa noche lo llamé y se lo conté todo. Que lo odiaba, que no podía admitir que me hubiera despedido, que era absolutely disgusting y que no sabía quién era yo. Os podréis imaginar que su respuesta fue totalmente despectiva y que me mandó dónde todo el mundo se imagina pero que no pega en este relato. Pérez-Reverte no usa un lenguaje soez en La Tabla de Flandes, así que yo tampoco.

¿Acaso estoy olvidando que soy una Doctorada? ¿Se me están pegando los modales vulgares de las señoras de la limpieza? I can not relieve it…

Al igual que en La Piel del Tambor, esto se empezaba a animar en mi cabeza. ¡Si había hasta cura fisgón! ¡Ja, ja! Ni de lejos es tan atractivo como Lorenzo Quart.

Y tú tampoco eres Macarena Bruner, ¡no te digo!

Volvamos a mi conversación con mi antiguo amante. Intentó chantajearme el a mi primero diciéndome que mi puesto de “fregona” en la universidad me lo quitaba el en menos que canta un gallo pero él no sabía que yo tenía mi propio as en la manga. Gracias a mi fiel Paco yo sabía que el chaval era puertorriqueño y que estudiaba en la universidad. Why Paco knows so many things about him? Y yo sabía que mi antiguo amante, antes de ser profesor y luego rector, había militado en un partido político que precisamente no se caracterizaba por tener unos horizontes muy abiertos. ¿Saben ustedes quién Jean Marie Le Pen? Pues my friend pensaba algo parecido. Lo mejor de todo es que cuando convives con una persona, ésta tiene a contarte absolutamente todo lo que cree que tiene que contarte para crear lo que se denomina “una pareja”. El muy inepto me enseñó panfletos y demás propaganda política abogando por una España “limpia de inmigración y de maleantes”.

Lógicamente, yo no pensaba que él hubiera matado a ese puertorriqueño, pero sí que le dije que sabía perfectamente que en los círculos académicos se iba a levantar una ola de sospechas hacia él si yo hacía pública una cantidad ingente de información sobre su más que evidente vena racista.

I was enjoying it so much! I was imagining his face! All red! ¡Toma ya! ¡Estaba resultando mucho más fácil de lo que pensaba! ¡Estaba otra vez comiendo de mi mano y yo me sentía igual de manipuladora que Lady Macbeth!

El chantaje estaba hecho and I was winning. Yo quería recuperar mi puesto en la universidad and he wanted me to shut up. Aun así, yo no era tonta, ¡ni Cristo que lo fundó! Contacté con el periódico de moda, El Observador Imparcial, y me lo cogió un periodista del que no quise saber ni el nombre (por supuesto, tampoco di el mío). ¿Saben lo que son los daños colaterales? Just sit down and enjoy my performance…

El periodista al que hablé parecía muy joven. ¿Sería influenciable? Well, I really don’t mind. I am alone, like Jane Austen in her ironical world. Le contaré la verdad y que haga lo que quiera con ella. Pero es algo demasiado jugoso para dejarlo escapar. If I were a journalist, I will die for a piece of news like that one…

Para probar mi historia le juré al periodista que le haría llegar por correo absolutamente toda la información de la que disponía sobre mi antiguo amante. Mi mente acalorada y enfebrecida por el triunfo no dejaba de imaginar buzones y secretismos por todas partes al igual que Edipa Maas y su obsesión por Trystero. ¿Por qué desconfiaba tanto del correo? Ni que fuera a traicionarme…

Aproveché ese mismo día después de trabajar para ir a una oficina que había cerca de la universidad. Era tarde y el edificio estaba vacío. Sólo quedábamos Paco, el conserje y alguna empleada más. Me fui a despedir de Paco pero él no estaba detrás de la barra. Estaría recogiendo la trastienda. Salí de la cafetería y no tardé en encontrar a Paco. Pero él no me encontró a mí, menos mal. Estaba saliendo del cuartito donde dejábamos las llaves las señoras de la limpieza.

What’s he doing? Who left the door opened? Thank God I have all my keys with me… ¿Qué estaría hacienda Paco allí?

No le di más vueltas y me fui a la oficina antes de que cerraran. Sólo pensaba en daños colaterales. Esa información llegaría a su destino con el correo de la mañana y coparía los titulares de la edición vespertina. Yo sólo imaginaba que estábamos en uno de los cuentos de Dickens y a uno de sus niños gritando: “¡Extra, extra! ¡Últimas noticias! ¡Rector de la Universidad Complutense envuelto en escándalo de asesinato! ¡Dimisión inminente!

A eso lo llamo yo daños colaterales. Gosh!

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